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Unas pinzeladas sobre mi

Hija y nieta de pintores Maria Armengol lleva la pintura en la sangre. ​De su  ​padre, Josep Mª Armengol, ha heredado la serenidad payesa de las tierras ​de Belianes, y puede que un sentido de la sintesis cromática que caracteriza la obra de su progenitor. De su madre, Elena González Llàcer, la fuerza emotiva de la pinzelada, el lirismo conmovedor de la expresión pictórica. De su abuela, Teresa Llàcer, ha aprendido las sutilezas técnicas, la sabiduría del oficio, todo un poso filosófico del vivir y el pintar.



No se puede decir que Maria Armengol nació enseñada. Nadie lo hace. Aun así, si que podemos decir que ha vivido desde pequeña cubierta de  pintura, envuelta de cuadros, intoxicada de esencia de trementina y manchada de colores de cabeza a pies.

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Por eso no nos sorprende el grado de madureza remarcable de sus  cuadros, la rotundidad convincente y encantadora de esta primera  exposición suya.

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Mont-roig. Juliol de 2010

JORDI GONZÁLEZ LLÀCER

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